Buenas amigos, vuelvo a la carga con un nuevo post.
Actualmente vivimos una situación
económica-financiera complicada que afecta a todo y a todos de una u otra
manera. Esto está haciendo que las empresas busquen soluciones de todo tipo y
entre ellas, se encuentra la reestructuración. Pero tranquilos, no voy a hablar
de EREs ni nada por el estilo que es un tema muy trillado. Voy a hablar de las
decisiones de cambiar las cúpulas directivas de las empresas, y es en este
sentido, en el cual, actualmente se están eligiendo como Presidentes, Consejeros
Delegados y/o Directores de unidad, a personas que por un motivo u otro, son
los pocos que, en la situación que vivimos, disponen de buenos números de
ventas en su haber.
El hecho de vender es un tema
fundamental y del cual viven las empresas, pero vender no es un tema de uno, si
no, de un equipo, de un trabajo conjunto. No quiero desmerecer a ningún
comercial, en este post NO hablo de ellos, hablo de la persona que está al
mando de unidad que vende (gracias a sus comerciales y equipo) y que es
elegido, gracias a sus números para “comandar el barco”.
De esta decisión es de la que quiero
que hagamos una reflexión. Para “comandar el barco”, no sólo vale lo que “has
vendido”, hacen falta muchas cualidades más y se debe analizar profundamente
cómo se ha llegado a conseguir esas ventas. Es decir, puede que el equipo que
está debajo haya hecho un trabajo excepcional, que haya tenido muy poca
conexión con su líder y que hayan ido ajustando su estrategia adaptándose a los
requerimientos de sus clientes.
Por otro lado, tener buenos
números en una unidad, no es condición suficiente, para que automáticamente,
poniendo al líder de la unidad como líder de general, la empresa o grupo mejore
sus números. Estamos en un momento en que estas situaciones enceguecen a los
que toman las decisiones de cambiar el “capitán del barco”. Enceguecen o les
hacen ver un oasis en un desierto.
Lo cierto es que, lo ideal sería,
que se analice el trabajo hecho, sí trabajo, por cada una de las unidades o
empresas que forman un grupo, su conexión con su equipo y grado de satisfacción
de su equipo, para tomar una decisión adecuada. Obviamente, también teniendo en
cuenta las ventas, pero puede que no hayas vendido por n motivos y no por no
tener, o haber elaborado, un buen producto y estar haciendo lo correcto. Además, son fundamentales los conocimientos
que tenga el futuro líder tanto en su curriculum personal como del negocio y
del grupo de empresas a las que tendrá que dirigir.